Segunda estrella a la derecha y todo recto hasta el amanecer.

martes, 11 de septiembre de 2012

Y si duele, aprietas los diente y sonríes.

Busco tiritas y nuevas llagas, y puede que nuevas provisiones en el caso de que algo demasiado insoportable llegue. Tal vez sólo quiero tiritas alegres, puede que de las infantiles, aquellas que son transparentes y con dibujitos. Tal vez quiero que el tiempo pase, pero hacia atrás, para quitarle la seriedad al mundo, a cualquier dura realidad a la que tenga que enfrentarme. Tal vez quiera tirar confeti por cada una de las veces que he tropezado por cada una de las heridas que me han dejado lentas cicatrices. Un poco de alcohol que desinfecte y zumo de piña que refresque, todo por la piel transparente. Por último busco finas vendas que actúen como una nueva piel contra escapes de angustia, con suerte volverá a sangrar.

Hay momentos en la vida, en que deseamos volver atrás, revivir los buenos momentos y olvidar los malos hasta el día de hoy. Muchas personas creen que eso es posible, bueno, no exactamente, ellos se paran. Se paran, se desmoronan, se hunden... y esas personas no vuelven a ser las mismas. Después hay otras, otras que también desean olvidar los malos momentos, pero lo único que hacen es caminar, caminar con la cabeza bien alta, aprendiendo de los errores, intentando mejorar todo. Todos, en este mundo hemos sufrido, unos quizás por imbecilidades, otros por verdaderos motivos. Pero hay que seguir, hay que ser fuerte y caminar. Caminar y nunca pararse a mirar lo que dejas atrás de ti.

¿Casualidad o casualidad?

Tenemos la mala costumbre de llamar casualidad a una sucesión de acontecimientos que nos hacen estar en el sitio y momento adecuado. Como si todo el universo conspirara para que ciertas cosas ocurran y entonces, el absurdo camino y avanzado empieza a cobrar un sentido a medida que avanzas en él. Ya lo dijo Paulo Coelho, ''Cuando deseas algo, el universo entero conspira para que lo consigas''.

En realidad se equivocaba, nos equivocamos y decimos casualidad cuando queremos decir sincronicidad, la coincidencia significativa de sucesos en los que está implicado algo más que el puro azar. Ya nos dijo Voltaire que el azar era la causa ignorada de un suceso desconocido.

Y no quisimos creerle.

Preferimos creer en la magia, el destino, en que si algo ocurre es porque está predestinado. Y así agudizamos los sentidos, nos ponemos alerta buscando señales con conexiones simbólicas. Queremos pensar que la vida nos manda sutilmente pistas del plan secreto que tiene para nosotros. Que el destino está escrito y nosotros debemos perseguirlo. Es quizá ahora cuando ya no hablemos de casualidades, si no de casualidades.

Y es que, que estés leyendo esto es una sincronicidad. Yo también estaba pensando en ti.

El error fue aceptar lo que ya perdí. Alguien me dijo que el dolor era placer. Mi placer fue caer en la tentación de querer lo imposible y me consumí viviendo lo que ya no tenía solución, el tormento, volver a lo mismo de siempre intentando mil veces salir. El sueño, en mi cruel realidad fue aplastado y hundido, pero estoy intentando reconstruirlo a base de ilusiones y emociones. Los sueños, sueños son, y para quien no los hace realidad son agonías que marcan para siempre en la vida. La vida está para disfrutarla a tu manera y como tú quieras, nunca debe haber un pero. Quisiera ser un alma libre, pero me decepciono a mi misma por no poder gritar de felicidad, porque en cuanto la tengo se me va de las manos. A veces renuncio a todo y me abandono, esperando a que llegue una señal que me impulse a seguir... Nunca perderé la esperanza, ya que si lo hago moriré por dentro y sellaré mi corazón en recuerdos que nunca podrán volver. Me amargaré y me olvidaré de la existencia de este mundo cruel y bonito a la vez, así que aunque ahora esté en mi habitación llorando y pasando las horas, seguiré luchando y seguiré diciendo que los sueños, sueños son y sólo mueren si muero yo.

''Confieso que quizá nunca he tenido pinta típica de princesa de cuento, tampoco he aspirado a convertirme en una pierde zapatos, mucho menos he pensado en dormir cien años, no he creído apropiado entregar mi voz pero sí mis palabras, no me he visto capaz de luchar, ni de enamorarme otra vez de un Peter Pan. Pero sí he creído estar envenenada y he esperado un beso como salvación. Confieso que nunca supe exactamente las coordenadas de un corazón, para buscarlo después de todo, y no perderme mientras le pierdo. Tampoco he aspirado a convertirme en algo más que la anti heroína de la historia, no nací para perder cosas y aún así parece que me paso la vida buscándolas. Confieso que nunca pensé estar aquí, pero la vida te induce a seguir sus caminos, los que nunca creíste que podías conocer, acabas robando zapatos a niñitas perdidas que sin saber te quitaron el príncipe, o acabas dejando que el teléfono suene si es Peter Pan.''

Verano, joder, a todo el mundo nos gusta ¿no? Todo es perfecto, la mejor estación del año, la época de la libertad, el sueño de todo adolescente (un verano infinito), cuando empieza no vemos el momento en el que acabe, jodido septiembre, no llegues nunca, porque entonces llega lo peor... Las despedidas, las parejas perfectas que se rompes tras caer en la realidad y en una cosa llamada distancia, los amigos increíbles que no volverás a ver hasta dentro de un puto año, eh, 365 días que se te pasan como si fueran un siglo, también se va la libertad y la diversión, la locura, los sueños. Para mi es como una estrella fugaz, cuando pasa es perfecta, preciosa e irrepetible, un segundo de felicidad extrema por haberla visto tú. El verano es algo parecido, tú verano. Todos pensamos que nuestro verano es el mejor, que si un viaje increíble, que si aquel chico del puerto, que si las fiestas locas con tus amigos, que si las horas en el agua sintiéndote cual sirena, que si aquella vuelta en barco, que si las noches mirando estrellas en la playa. Que sí, que sí, que ya sé lo que es... Que cada uno tenemos lo nuestro, y yo solo pido una cosa... Verano, no te acabes nunca.

La vida es un cúmulo de experiencias, buenas y malas, y somos nosotros los que decimos lo que nos llevamos de cada una de las vivencias que nos encontramos por el camino. Hay que aprovecharlo al máximo. Todo, lo bueno y lo malo, forma parte de nuestra experiencia vital y nos convierte en lo que somos, por eso lo fundamental es exprimir cada día. Lo positivo y lo negativo. Todo cuenta. ''La suerte, se busca o se tiene. Supongo que depende de cada caso. Hay gente que tiene suerte, que tiene luz, estrella, pero si les observas bien llegas a la conclusión de que se lo merecen, que hacen tanto bien a la gente que les rodea que todo su alrededor suele ser positivo. Hay otra gente que puede parecer que siempre tiene mala suerte, pero a veces la buena suerte sólo se puede ver viendo lo positivo que te deja la vida. Creo que lo importante no es si uno merece o no lo que tiene, sino aprovecharlo todo, aprovechar todo lo bueno y todo lo malo que nos ofrece la vida. Yo por lo menos me esfuerzo en aprovechar todo lo que me ha dado porque si no lo hiciera no me lo perdonaría nunca.''

¿Que me defina en una palabra? BIPOLAR. Y dirás, ¿bipolar por qué? Por muchas cosas; Me encantan las sonrisas, pero las lágrimas son mis mejores compañeras. Me puedes ver asustada con una película de miedo, y al día siguiente llorando con una de amor. Podré repetirte mil y una veces que no voy a volver a caer en su juego, y al siguiente día tropezar con la misma piedra. Te puedo estar haciendo llorar de la risa, o quizás llorar conmigo, puedo estar escuchando la canción más animada que pueda existir jamás, y a los minutos estaré escuchando la canción más triste y símil de toda mi carpeta. Me puedes ver gritando de alegría mientras lloro por dentro... Soy tan extremadamente bipolar, que quizás hoy diga que te quiero, y mañana te odie de una manera impresionante. Está bien, bipolar. Sí, exactamente esa palabra.

Hay veces que sientes que no puedes más, que te has cansado de seguir adelante, de pasar de la gente, de disimular que no tienes problemas cuando tienes mil y uno, de sacar una sonrisa forzada, de seguir sin mirar atrás, de decir que no me duele aunque sea mentira. Te has cansado de levantarte cada mañana y decirte a ti misma que estás bien sabiendo que no lo estás. Y pensar y decir que no te duele que pase de ti sabiendo que es lo que más te duele de todo. Pero hay que ser fuerte y no mostrar lo que nos duele aunque estemos un poco cansados, porque nada es imposible.

Siempre he soñado con ser un pez, porque dicen que los peces no tienen memoria y no pueden acordarse de nada, y si no te acuerdas de nada puedes levantarte cada día y vivirlo todo como si fuera la primera vez, la primera canción, la primera vez que le vistes, el primer beso... Porque hay ciertos momentos, como cuando esa persona te toca y notas que te estorba hasta la piel, que sales de ti, hasta el punto de sentir que ya no existes, en ese instante en el que podrías morir porque sabes con toda certeza que ya nunca volverás a sentir nada igual. Me gusta saber que hay cosas refugiadas contra el olvido, cosas que hacen para el tiempo, como las fotos guardadas en una caja de zapatos debajo de la cama, esos secretos que no podrás contar jamás, el recuerdo, es el único paraíso de donde no podemos ser expulsados. Hay dos desgracias en la vida del ser humano; la primera, es no tener a nadie con quien amar con todo el alma, la segunda, tenerle... El universo conspira a favor de los que mueven el mundo y esos son los que lo paran. ¿Tú que quieres; mover el mundo, o que te muevan?

El miedo.

El miedo es como la familia, que todo el mundo tiene una. Pero aunque se parezcan, los miedos son tan personales y diferentes como puedan serlo todas las familias del mundo. Hay miedos tan simples, como desnudarse ante un extraño. Miedos con los que uno aprende a ir conviviendo. Hay miedos hechos de inseguridades. Miedo a quedarnos atrás, miedo a no ser lo que soñamos, a no dar la talla. Miedo a que nadie entienda lo que queremos ser. Hay miedos que nos va dejando la conciencia. El miedo a ser culpables de lo que les pasa a los demás. Y también el miedo a lo que no queremos sentir, a lo que no queremos mirar, a lo desconocido. Como el miedo a la muerte, a que alguien a quien queremos desaparezca. Hoy he escuchado en la tele a alguien que decía que la felicidad es la ausencia del miedo, y entonces me he dado cuenta de que yo últimamente no tengo miedo. No es malo tener miedo, lo malo es dejar que el miedo domine tu vida, porque entonces, no tendrás vida, solo miedo. Librarse del miedo es como quitarse la ropa delante de alguien. A veces cuesta, pero cuando empiezas lo único que tienes que hacer es seguir, sin dudar. Y de repente te das cuenta de que el miedo ya no te pertenece, ha desaparecido, como esa ropa que un día dejas de usar.

Tú puedes perfectamente ser feliz a tu manera.

Sería algo perfecto, algo que siempre hemos querido pero que vemos tan lejos, que ni intentamos hacerlo realidad. He soñado muchísimas veces, y todo aquello que ansío, me gustaría que sucediera de verdad, que no solo se quedara en lo imaginario, que se pueda sentir, ver, tocar. Somos dueños de nosotros mismos, dueños de nuestros pensamientos, de nuestros sentimientos, y por supuesto de nuestros sueños, y algo que nos hace tan perfectos, es el hecho de poder querer hacerlos realidad. Hay personas que prefieren vivir dentro de sus sueños, esperando a que eso les haga felices, convenciéndose de que no podrá ser jamás, y eso solo te hace perder la esperanza y pensar que todo lo que vives tras esa nube es de color negro. Nosotros hacemos las cosas difíciles, nosotros somos los que nos ponemos los obstáculos, si queremos algo, podemos tenerlo, solo hay que intentarlo, y si realmente lo deseas, lo acabarás consiguiendo. Qué la vida da muchas vueltas,demasiadas quizás pero al final todos acabamos dónde nos merecemos. Nunca sabemos cual es nuestro camino, siempre puedes torcerte, cometer errores, pero de los errores se aprende. Pero al final todo se consigue, todo.

Bloggers(:

martes, 11 de septiembre de 2012